Wednesday, September 06, 2006



“La hora más hermosa del día en Moscú… El sol está ya bajo y alcanza su mayor potencia, aquella a la cual aspiró todo el día. Este aspecto no dura. Unos minutos más y su luz se vuelve roja. Su intensidad le hace pasar de un rojo frío a un rojo cada vez más cálido. Moscú se funde, bajo este sol, en una mancha enorme, la cual hace que todo tu ser interior vibre como el sonido dentro de una tuba frenética…Expresar esta hora me parecería la mayor, la más inalcanzable felicidad que se pueda proponer a un artista…”

Kandinsky